4/3/17
Juegos que nos marcaron: Metal Gear Solid (1998/PlayStation) por Cristóbal Meléndez
Siguiente capitulo de esta maravillosa seccion. Esta vez el HHHombre que vio la luz en el wrestling (encargado del Podcast Dos Dos Solo Dos) viene a hablarnos
La primera consola que tuvimos en mi familia fue el Super Nintendo, por lo cual dar el salto a Playstation fue toda una aventura. Acostumbrados al Donkey Kong, Mario Bross y Mortal Kombat, una vez que nos regalaron lo nuevo de Sony la expectativa no era tan alta pensando que varios de esos títulos no iban a estar disponible.
Por eso el primer juego probar fue alguno de fútbol, algo más habitual a nuestro diario vivir. Por la cabeza no se me pasaba ir más allá, es que en verdad desconocía que existía un horizonte mayor de videojuegos. No recuerdo si me lo recomendaron o lo compré por “tincada”, o si sencillamente fue un acto de magia de esos que no tienen explicación. Lo cierto, que un día tuve en mis manos un juego llamado Metal Gear Solid. Y no lo quise soltar.
Se podría decir que fue amor a primera vista, de esos que incluyen un grado de locura. Horas jugando, sin compartir el control con mis hermanos, gastando horas de sueño o preferir avanzar antes que hacer la tediosa tarea escolar. Mi mente y mi cuerpo 100% comprometido a pasarla bien.
Cambiando la visión
En esa época no era gamer, y de hecho no me gusta definirme como tal, pero compartiendo con amigos, vecinos y demás seguidores de las consolas todos concluimos que MGS llegó a cambiar la visión de los videojuegos, incorporando una trama más realista y compleja. Y para uno acostumbrado a ver dos monos arriba de un pez espada claramente estaba en presencia de un revolución a la hora de jugar.
Alaska es el puntapié inicial para comenzar una aventura llena de adrenalina. Solid Snake es tu acompañante, el viajero infiltrado que deberá detener un ataque nuclear a manos de un tal Liquid. Para ello deberás ir derrotando diversos enemigos con la ayuda de un grupo de personas que te irán guiando.
Más allá del combate cuerpo a cuerpo, lo que realmente uno iba descubriendo es la importancia de saber pasar desapercibido. Es un juego de infiltración, y como tal, tus estrategias deben apuntar hacia ese camino. Costaba harto, la gran gracia a la hora de irte superando. De igual forma un ataque suicida nunca venía mal.
Tremenda historia
Puede que al principio, en especial cuando se jugó a más temprana edad, uno no enganche del todo por la historia. No obstante en mi caso pasó todo lo contrario, sirvió para que me motivara a explorar otros videojuegos e interesarme por tramas complejas ya sea en el cine o en la TV. Es que sabes que no estás jugando un producto cualquiera, acá te vas involucrando en cada paso que da el protagonista, te sumergues en la trama y quieres ir sabiendo cada vez más. Te haces parte de la aventura. Eres el espía más táctico posible.
La gran gracia radica en eso y creo significó para convertir al MGS en uno de los juegos mejor valorados en la historia. Si se quiere, fue el puntapié inicial para comprender que un videojuego puede ser más que un simple pasatiempo para pasar a ser algo más profundo, que reuna desde la importancia de un buen guión, hasta lo vital de una dirección potente, todo sumado para que el jugador viva una aventura de renombre.
El resto ha quedado plasmado a lo largo de los años con una de las sagas más potentes que recuerde.
Tiempo de confesarse
No podía pasarme la parte en que Snake debe soportar la tortura eléctrica (vital para el desenlace del juego), dejaba el control en el suelo, lo apoyaba contra la pared y nada, absolutamente nada. Apretar un botón de forma rápida no era lo mío, por lo cual debí pedirle ayuda a uno de mis hermanos que con una facilidad brutal lo pasaba de forma rápida. ¿Esa era la gran confesión? No. Ahora viene…
Años después todavía no la he podido pasar, me compré hace un tiempo el Metal Gear Collection y no pude. Debo volver a jugarlo para por fin hacerlo. Es una tarea pendiente. Terrible tarea, por lo demás.
Viva el Metal Gear
Psycho Mantis y el truco de cambiar de posición el control, el viejo maestro llamado Ocelot, Maryl y su mítico “hazme el amor”, esa brutal escena que debes deshacerte de los soldados en la escalera de la torre, los dos brutales duelos contra Sniper Wolf, el ansiado mano a mano con Liquid y el siempre genial Otacon; son personajes y momentos que valieron -y todavía lo valen- atezorar.
MGS es un juego visionario que llegó a revolucionar la industria, con una musicalización tremenda y una historia que nada debe invidiarle a las grandes producciones. Mezcla perfecta para hacer un producto global en todos lo sentidos.
Gracias Metal Gear por invitarme a ser parte de una maravillosa aventura y poder abrir mis horizontes.
Twitter: @cmelendezm



